PRINCIPIOS ACTIVOS
Postbióticos: mantienen equilibrada la flora cutánea, y fortalecen la barrera cutánea.
Enzimas: extraídas de frutas naturales, aceleran el proceso de renovación celular y dejan la piel con muchísima luz!
Caléndula: acción calmante y cicatrizante de las pieles irritadas o con rojeces. Activa la producción de colágeno y tiene un alto poder hidratante y nutritivo.
Azahar: controla la secreción sebácea a la vez que hidrata, refresca, ilumina y reafirma.
Aloe vera: hidrata y calma en profundidad. Tiene excelentes propiedades antimicrobianas, antiinflamatorias y curativas. Tiene una gran capacidad regeneradora gracias a las vitaminas C y E.
Manzanilla: calma y purifica. Regula el pH, alivia las rojeces y las erupciones cutáneas, suaviza la piel hasta las más sensibles.
Tomillo: además de sus propiedades antibacterianas y antisépticas, posee una gran capacidad de hidratar, regenerar y tonificar la piel, así como efectos antioxidantes y protectores.
Manzana: destaca por su poder exfoliante gracias al alto contenido en ácido málico y tartárico. Previene los puntos negros y retiene agua gracias a la pectina.
Naranja dulce: gran poder antioxidante, así como renovador celular y tonificante. Previene manchas.
Kiwi: efecto antioxidante gracias al alto contenido en vitamina C. Recupera la piel dañada por agentes agresores, como el sol.
Limón: antibacteriano, antimicrobiano y acción purificante y aclarante. Ayuda con las manchas.
MODO DE USO:
Por la mañana y por la noche, con la piel humedecida, aplica la cantidad suficiente para poder extenderla por la cara y el cuello y masajear suavemente. Después retiras con un disco húmedo de algodón o simplemente con abundante agua tibia. Nunca debemos hacer la higiene facial con el agua muy caliente ni muy fría. A continuación, aplica el resto de la rutina facial.
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